La Guerra Santa

  Hoy vamos a hablar de la mayor guerra de la historia de los videojuegos: la guerra entre Nintendo y Sega en los años 90. Esa guerra puede ser catalogada sin ningún problema como una guerra santa pero en realidad es mucho más compleja y puede ser digna de estudio por historiadores expertos.

 En los años 90 el mercado de los videojuegos estaba dominado con mano de hiero por 2 compañías: Nintendo y Sega, Nintendo poseía el trono y Sega intentaba arrebatárselo, el campeón y el retador. Esa lucha dividió a los niños de la época en 2 grandes facciones: nintenderos y segueros, no había término medio, o eras de unos o eras de otros (o no te gustaban los videojuegos). En este tipo de situaciones la mentalidad de los niños es bantante previsible: "lo mío es lo mejor y lo otro es una puta mierda" y efectivamente así era, nos encantaban nuestros juegos y odiábamos los de la competencia, no muy diferente de una guerra entre moros y cristianos o entre, los niños de la otra facción no te mataban pero sí te podían pegar. Lo que hace de esta guerra algo diferente, y es digno de estudio, es que todo el mundo tenía amigos que tenían las consolas de la competencia y eso hacía que todos conociéramos y jugáramos a los juegos del "enemigo", sin ir más lejos mi mejor amigo era seguero y aunque si bien es cierto que esta guerra santa fue motivo de bastantes discusiones y peleas entre nosotros, incluso había veces que estábamos días sin hablarnos, no menos cierto es que cada vez que yo iba a su casa jugábamos a la Megadrive y cuendo él venía a la mía jugábamos a la Super Nintendo, también había ocasiones en las que nos cambiábamos las consolas varios días. Todo eso tuvo como consecuencia que si bien nadie lo admitía públicamente, todos teníamos admiración y respeto por los juegos de la competencia aunque oficialmente dijéramos que eran una puta mierda o "no están mal pero no le llegan ni a las suelas a los míos". Cuando muchos años más tarde salió Mario y Sonic en los Juegos Olímpicos, la de risas que nos echamos y como recordamos aquellos tiempos.

 Hace solo un par de meses me compré la Megadrive Mini poniendo fin a una racha de 30 años en los que solo he comprado consolas de Nintendo y que se había mantenido desde que en 1990 me compré la maquinita Western Bar de Casio. Ni siquera me compré en su día la PS1 ni la PS2 y nunca las he echado en falta. Como coleccionista únicamente colecciono cosas de Nintendo. Si alguien con todos estos credenciales se ha comprado una Megadrive Mini es porque sabe valorarla en su justa medida igual que cuando hace muchos años salió Sonic Mega Collection en Game Cube me lo pillé en el acto.

 La Guerra Santa provocó que tanto Nintendo como Sega sacaran grandísimos juegos, cada vez uno sacaba algo el otro lo superaba y los que más ganamos con eso fuimos los consumidores. La lucha entre Super Nintendo y Megadrive es sin duda la mayor de toda la historia de los videojuegos.

Segrex Arcanus

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